Portada del Centro de Málaga, ubicada en la entrada de calle Larios. Como dos grandes ramilletes de biznagas que se elevan hasta encontrarse, conformando un arco asimétrico. Altiva, ligera, translucida, fresca y sencilla, reconocida por todos como malagueña por excelencia. Realizada en chapa blanca con suaves toques rosáceos, soportada en tubos de acero en tonos dorados y cobrizos, tallos que se hunden en estructuras ovales a modo de pencas y todo sobre sendos bloques de hormigón que la elevan y contrapesan, imprimiendo sobre estas imagenes evocadoras. La portada desprende, vaporizada, agua de jazmín, lo que dulcifica y refresca otros sentidos más allá de la mirada, el olor.